Lección sobre cómo emprender en tiempos post Covid del verano de 2022. Lo que hace 2 años diría que era impensable para mí se convierte en una realidad: ir a un concierto de un músico que no es de hace 40 años o más atrás.

Se trata de C-Tangana. Algo en él me atrajo (quizás este concierto) y allí estaba, en el Starlite de Marbella.

Un concierto que recordaré toda la vida. Y como broche final, el cierre con un mensaje bien grande en la pantalla gigante del escenario (ver imagen de la cabecera):

Sin cantar ni afinar

Toma ya.

Letras que no pasarían la censura del colectivo woke y que harían enfurecer al nuevo feminismo. Pero ahí estaban, miles de mujeres coreando sus canciones. Alcohol a raudales en el escenario que rompen con la corrección moral de los tiempos que vivimos.

¿Cómo es posible que llene sus conciertos? En Marbella 3 conciertos, no uno.

¿Cómo es posible que su vídeo del concierto que dieron en la productora NPR Music de Brooklyn tenga 35 millones de visualizaciones muy por encima de los conciertos que allí dieron The Cranberries, The Black Crowes, Alicia Keys o Coldplay, por ejemplo?

¿Cómo es posible si él mismo reconoce que no tiene una voz portentosa y que no afina?

¿A qué se debe su éxito?

 

Vamos por partes.

C-Tangana se atreve a ser él mismo sin control ni censura (sobre todo la de uno mismo, que es la peor). Ha aportar todas sus raíces (musicales y otras) en su repertorio, sin importarle si lo toca en Brooklyn o en Bogotá. A mostrar sus luces y sus sombras. A exponerse sin tapujos. A mostrar su #autenticidad. Y a poner en sus conciertos “Sin cantar ni afinar”. Mensaje para los haters. Un crack.

Los humanos admiramos a humanos que no se esconden tras una máscara de corrección. Todos aspiramos a eso, pocos lo saben y muy pocos lo consiguen. ¿La razón? El miedo a ser juzgados, a no ser aceptados, no ser queridos y en el caso de las empresas, miedo a no vender. Meeeeec. Primer gran error.

La autenticidad es la mejor estrategia de ventas.

Soy músico desde hace 22 años. De los que dan conciertos cobrando y eso, no de los de tocar para familia y amigos (con una banda he grabado discos y ganado algún concurso, y todo 😎). A pesar de los 6 años de lenguaje musical e instrumento (saxofón) terminé desarrollando mi carrera en el mundo de la improvisación musical y el jazz. No toco en casa, no practico, no ensayo. Máximo una hora a la semana cuando me cuadra y me junto con la banda.

Sin embargo, en ocasiones tras los conciertos se me acercan personas que me dicen que han sentido cosas bonitas con mi música. Que les ha gustado, vamos. No soy un virtuoso del instrumento desde luego, pero transmito feeling, sensibilidad y me muestro tal cual soy. Me atrevo a exponerme. No hay mayor exposición que la que haces sin guion, sencillamente escuchando a otros y mostrándote. Conectando. Sencillamente mostrando mi autenticidad. Yo huyo de ir a conciertos con músicos asépticos que no se mojan.

That’s all my friend.

Volviendo a C-Tangana, él ha entendido perfectamente qué quiere la gente que escucha música. Quiere sentir emociones. Esa es la esencia de la música. Desde el ego (desde la razón) nos argumentamos que si este artista tiene una voz increíble, que si esa banda son unos músicos prodigiosos, que si tal pascual, y nos creemos todas esas patrañas que nos contamos a nosotros mismos.

Te aseguro que David Bowie no era la mejor voz del mundo, al igual que Bob Dylan o Los Beatles. Los había mejores técnicamente, pero la mayoría pasaron sin pena ni gloria.

Los que triunfaron lo hicieron por ser y mostrarse auténticos e innovadores.

En las empresas igual.

Hace años visité la empresa de la que ahora es mi amiga. Se trata de una fábrica de infusiones. En su visita me mostraron muy orgullosos cómo habían construido unas instalaciones certificadas como laboratorios farmacéuticos. Años después se sinceró: esa inversión no era rentable porque los clientes no valoraban esa sobrecalidad (así es como se llama). Les importa un bledo si están o no certificados como laboratorio farmacéutico.

Nos creemos que lo que la gente quiere es un producto y servicio “de calidad”. Y es cierto. La diferencia está entre lo que nosotros creemos que es calidad, lo que el cliente cree que es calidad para él y lo que realmente es calidad para él. Sólo esta última percepción, de la que ni siquiera es consciente el cliente, es una de las claves para tener un negocio exitoso y sostenible.

Finalmente, la tercera clave es

atreverse a hacer lo que creas que debes hacer sin importarte lo que los demás piensen diga y hagan.

A eso lo llamo “liderazgo innovador” y escasea, por los miedos antes mencionados.

Autenticidad, propósito centrado en los usuarios finales y liderazgo innovador

Las 3 claves del nuevo paradigma empresarial.

Los 3 principios del movimiento Honest Strategy.

Principios que valen para cualquier negocio: un abogado, un coach, una gran aseguradora, una fábrica de puertas automáticas o un vivero de árboles frutales (por cierto, todos ellos clientes míos).

No tener estos 3 principios en el centro del negocio te llevan a invertir en marketing, ventas, desarrollo de producto, formaciones o en teambuilding, pero con un muy bajo retorno de esas inversiones.

Y no están los tiempos para ser ineficientes ¿no?

 

Al modelo de empresas que siguen estos 3 principios las llamo Negocios Honestos, Negocios Simples.

Si quieres saber cómo desarrollar este tipo de emprendimientos, pincha en este enlace.

 

¿Conoces algún negocio o emprendedor de este tipo? Menciónalo en comentarios. Le hará ilusión.

Únete al movimiento Honest Strategy

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