“Llamo a la puerta y me abre una mujer. Estaba en el club de CEOs y directivos que dirige la persona a la que vengo a ver y con la que mantuve una conversación por Linkedin, por iniciativa mutua, de manera espontánea.

Paso y espero. En la entrada hay una sastrería, un emblema de la casa. Me viene a la mente también las formaciones en protocolo que dan desde ese club. Mmmm dos cosas que no encajan conmigo, pero bueno podrían encajar muchas otras, pienso. No me gusta pre-juzgar tan rápido.

Espero 15 minutos. No me gusta esperar cuando tengo la reunión agendada desde hace tiempo. Tampoco me gusta hacer esperar. ¿Sabías que hay una técnica que consiste en hacer esperar a tu visita aunque pudieras atenderla a la hora, con el único fin de mostrar tu autoridad y superioridad? Con el mismo fin existe otra técnica que consiste en subir la altura de tu silla por encima de la del otro. Absurdo, pero existe. A mi me lo han hecho (ambas técnicas) y tengo catado a ese perfil de personas.

Entro a la reunión con el fundador y director del club. Me saluda efusivamente y suelta “la pregunta”. “Esa pregunta”: – Cuéntame, ¿Qué querías? Tu dirás.

¿Qué quería? ¡Cómo que qué quería! Semanas atrás habíamos chateado por Linkedin acordando el interés mutuo en vernos para conocer yo el club y sus intereses y él ver qué contenido mío podría aportar valor para su público. Eso es lo que quería.

Esa frase al comenzar una reunión es la típica frase con la que comienzan esos que quieren hacerte sentir que eres tú el que has acudido a él a “pedir”, o más bien a “pedir limosna”. ¿Te suena? También tengo catado a estos perfiles. Me ha pasado en varias ocasiones.

Me dispongo a recordarle el motivo de nuestra reunión cuando a los 15 segundos me dice que vaya al grano que sólo puede atenderme 5 minutos. Él sabía que yo venía desde otra ciudad, y que en mi apretada agenda le dedicaba mi no menos valioso tiempo a visitar su club. Seguidamente se chupa un minuto de esos cinco contándome todo lo liado que está y blablablá…

Continúo y al poco rato me vuelve a interrumpir. Me dice que le diga directamente qué es lo que ofrezco. Le intento hacer ver que depende de lo que su público necesite. Que lo mismo una conferencia inspiradora hacia la innovación y el cambio, que un taller de tendencias futuras, que unas cuantas cosas más, si hablamos de cosas concretas.

Él no tenía muchas ganas de co-crear. De ver juntos sinergias. Él literalmente quería que fuera como cual pescadero: “¡Tengo rape fresquito recién traído de esta nocheeeee! ¡La bacaladina aún coleaaa oyeeee! ¡Si me coges 3 pagas 2!”. No, lo del CO- no iba con él. Antiguo paradigma puro y duro.

Me pide que piense en algo y que se lo envíe por email.

En ese mismo momento tuve una iluminación. Un halo de consciencia entró en mí y supe que nunca más volvería a ese lugar. Nunca más hablaría con esa persona. Nunca le enviaría ese email con mi propuesta.

Como en decimas de segundo me vinieron decenas de pensamientos. Uní todas las señales que me decían que no encajábamos.

Que nuestros valores no eran compatibles.

Y que cuando eso ocurre lo peor que podría pasar es que aceptase una propuesta mía. Tengo experiencias al respecto.

Me despedí amablemente y hasta hoy. De aquello han pasado casi 4 años, y los que pasarán.

No hay valores mejores ni peores (salvo casos muy concretos)

Aclaro que no creo que sus valores sean peores ni mejores que los míos. Sencillamente son diferentes.

Los suyos tienen que ver con el cumplimiento de las normas sociales, el protocolo, el estatus, el clasismo, la tradición, etc…

Los míos con el cuestionamiento, la disrupción, la creatividad, la espontaneidad, la naturalidad, la autenticidad, etc…

Y por supuesto cada uno pensará que sus valores son mejores, pero son mejores para uno mismo. ¡Por eso los elegimos!

 ¿Para qué le sirve a tu empresa estar guiada por tus valores?

Si analizamos esta historia (real, como todas mis historias) sacamos estos beneficios de estar realmente guiado por tus valores:

  • Tomas mejores decisiones
  • Tomas decisiones más rápido
  • Te desgastas menos energéticamente
  • Ganas tiempo (para las cosas importantes de tu negocio y de tu vida)

Y estos beneficios los puedes aplicar en estas y otras muchas acciones:

  • Seleccionar empleados
  • Despedir empleados
  • Seleccionar clientes
  • Despedir clientes
  • Seleccionar proveedores
  • Despedir proveedores
  • Decidir si lanzar un producto (servicio) u otro
  • Decidir si aliarte con una empresa o no
  • Decidir si abrir o no una línea de negocio
  • Aceptar o no ir a dar una conferencia a un evento o foro concreto
  • Aceptar o no ir a un canal (YouTube, Instagram, podcast, etc.) de alguien
  • Decidir tener un catálogo de productos amplio o minimalista
  • Decidir si vas a volumen y precio bajo o por el contrario con precios altos
  • Y así podría continuar hasta crear una amplísima lista de aplicaciones

 

Termino con una llamada a todos aquellos que aún creéis que esto de los valores está bien, pero que hay cosas más importantes en un negocio o emprendimiento.

A algunos de vosotros os veremos en Honest Strategy dentro de unos años. Puede que seas tú. Vendrás diciendo que no te encuentras pleno, que te has desgastado, que el emprendimiento no te está dando la vida que deseabas, que haces de todo menos lo que te gusta, que no haces más que apagar fuegos, que pones un circo y te crecen los enanos… Es ese momento en el que te entra una crisis existencial y quieres empezar de “casi cero”.

 

Y el motivo de todo lo anterior son dos cosas en las que no estás poniendo la suficiente atención:

 

Si por el contrario no quieres esperar que esto ocurra, y quieres saber cómo trabajar tu propósito y valores en tu empresa para que realmente sean útiles y prácticos, escríbenos a [email protected] y te contamos cómo.

 

PD: este miércoles daré una conferencia en un espectacular club de CEOs y empresarios de Málaga. Nuestro acercamiento fue distinto. El trato en la primera reunión presencial exquisito. Por supuesto, tras una primera reunión telefónica donde vimos el interés mutuo, habían cotilleado todo lo que pudieron de mí. Igual que yo de ellos. El resultado: alineamiento de valores y primera acción en marcha. Como te digo, el filtro por valores funciona. 

 


 

Hector Robles consciencia liderazgo conferenciante conferencista speaker

Héctor Robles es fundador y director de la consultora de innovación y transformación empresarial Domo y del movimiento Honest Strategy. Experto en innovación, liderazgo y transformación de emprendedores y empresas, con 27 años de experiencia. Su propia vida es un ejemplo de emprendimiento, reinvención, desarrollo personal y superación.

Héctor cree que la clave del éxito, la felicidad y la sostenibilidad de personas y empresas pasa porque funcionen desde su autenticidad, guiados por un propósito de servicio a los demás y con una mentalidad innovadora que abrace los cambios.

Estos son los 3 principios del manifiesto Honest Strategy, bajo los cuales facilita la transformación de emprendedores y empresas desde 2008. Ha recibido varios premios internacionales de innovación, es autor de varias patentes y conferenciante profesional desde 2007, trasladando su conocimiento y reflexiones en su blog personal (centrado en empresas), en el blog de Honest Strategy (centrado en emprendedores) y en sus conferencias.

Si quieres quieres darle un giro a tu empresa o emprendimiento, para pasar del modo supervivencia a vivir bien de tu empresa de forma plena, contáctanos.

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